Introducción a la Kabbalah - Parte I

Origen y Breve Historia de la Kabbalah







La Cábala es de origen judío y, según algunos críticos, también tiene raíces en las tribus antiguas de Oriente Medio, donde se combinó con la magia egipcia y la caldea. En realidad, la palabra “Cábala”, o “Kabbalah”, proviene de la palabra hebrea kibel, que significa “recibir”.

Según la leyenda, los primeros en recibir estos conocimientos acerca de Dios y las verdades de la Creación fueron los Ángeles, quienes llevaron consigo la Cábala y la enseñaron a Adán para que la especie humana pudiera redimirse. De Adán las enseñanzas pasaron a Noé y luego a Abraham, quien las llevó a Egipto. Se dice que él fue quien reveló parte de aquel sagrado conocimiento a los sacerdotes.

Moisés también fue iniciado en la Cábala, aunque no se sabe quién fue su maestro. Según algunos cabalistas, la tradición fue recibida por Moisés, en el Monte Sinaí, directamente de Dios. Pero otros expertos discuten esta idea. Sea como fuere, Moisés perfeccionó los conocimientos recibidos durante los 40 años que permaneció en el desierto y fue protegido por un Ángel. En el Pentateuco volcó los principios cabalísticos e instruyó a 70 ancianos en sus misterios.

Luego, los conocimientos se transmitieron, de generación en generación, a los reyes David y Salomón. Se dice que ellos fueron iniciados más profundamente. Según sostiene la tradición cabalística, Salomón fue un místico (la leyenda lo muestra aprendiendo magia junto al ángel que le concedió toda su sabiduría), escribió varios tratados sobre magia y enseñó Cábala y magia a su hijo Raboam.


La expansión de los Conocimientos Sagrados



En diferentes sitios de Israel fueron descubiertos lugares donde se llevaban a cabo los rituales. Probablemente, el más famoso es el de Kumram (o Qumran), una antigua ciudad esenia poblada de cuevas, donde fueron hallados, en 1940, los famosos Rollos del Mar Muerto, también conocidos como Rollos de Kumram. Estos manuscritos contienen muchos de los documentos judíos más antiguos de que se tenga noticia. Otros textos, hallados en Israel, estaban escritos en lengua he brea, asiria, caldea y algunos en jeroglíficos egipcios. Los científicos sostienen que el misticismo judío de la Cábala data, al menos, de 2.000 años antes de Cristo; para argumentar de ese modo se basaron en manuscritos cuya antigüedad se puede establecer perfectamente gracias a métodos que miden los rastros de carbón que ellos contienen.

Se descubrieron asimismo influencias babilónicas en las escrituras cabalísticas e influencias de la Cábala en los escritos de las posteriores religiones de Babilonia. Se ha comprobado, también con métodos arqueológicos, que los esenios eran cabalistas tanto en su literatura como en sus prácticas rituales. La tarea primordial de este grupo de cabios era reunir sus energías a fin de preparar el aura etérica del planeta para recibir un mayor potencial de la esencia crística. Muchos de ellos tenían el don de curar, y practicaban la pureza del cuerpo y del alma. Permanecían retirados del mundo y ejercitaban el silencio, ya que creían en la fuerza generadora de la palabra. 

Cuando Israel se dispersó y los judíos se instalaron en distintos países del mundo, ocurrió lo mismo con la Cábala. Después del fracaso de la rebelión judía en el año 70 de la era cristiana, el gobierno de Roma destruyó el Templo y ordenó ejecutar a la población judía que no aceptase total mente el control político y religioso de Roma. El pueblo judío emigró hacia Europa oriental y se les llamó judíos ashkenazis. Otros grupos llegaron a España, donde tuvieron libertad religiosa y consiguieron cada vez mayor poder político y financiero hasta que, en 1492, el gobierno de Castilla proclamó que todos los judíos debían convertirse al catolicismo o abandonar el reino. Los judíos de España fueron llamados sefardíes. En Asia, la Cábala fue absorbida por las religiones orientales. En algunos lugares pueden advertirse fuertes coincidencias con las creencias cabalísticas aparecidas después del exilio judío de la tierra de Israel. Esta integración ocurrió lejos de los centros de las religiones principales de Oriente, pero al ser llevada a Asia Menor, muchos adeptos a las religiones hindú y budista aceptaron e integra ron estas creencias judías a sus propias religiones. 


Nace la Magia Medieval


La Cábala fue introducida en Inglaterra en la misma época en que los judíos se asentaron en España. Fue por entonces que el conocimiento cabalístico se desarrolló más aún, especialmente al ser absorbido por los druidas -los sacerdotes de la fe celta - dentro de su tradición, dada la gran cantidad de creencias compartidas. La magia medieval fue, básicamente, una mezcla de ambos sistemas: el de la Cábala y el de los druidas. 

Según la leyenda, el sabio Merlín enseñó muchas lecciones cabalísticas a Arturo cuando el rey era un niño. Se cree que Merlín era un druida y que lo que se escribió acerca de él durante la Edad Media puede tomarse como una prueba factible de que verdaderamente existió. La leyenda de Arturo es difícil de creer para los historiadores, pero hay acuerdo en que Merlín y Arturo existieron realmente en algún momento de la historia de Bretaña. Entre los expertos que creen que la magia de los druidas era también magia cabalística, se encuentra John Dee. Este estudioso, que vivió en el siglo XVI, se hizo bastante conocido entre los círculos ocultos cuando tradujo el sistema mágico esenio. 

Dee escribió sobre la Cábala y también la practicó intensivamente, viajó por toda Europa para estudiarla y trabajó para la reina Elizabeth como su astrólogo personal, hasta que ella murió en 1603. En España, los documentos históricos del siglo XIV muestran dos concepciones diferentes acerca de la teología y la práctica de la Cábala, que dividió a los estudiosos judíos en dos grupos: los místicos y los racionalistas. También, existen pruebas de que algunas comunidades de Cabalistas permanecieron hasta la expulsión de los judíos de España. La comunidad mística más conocida fue la de Safed. Posteriormente al exilio hubo muchos rabbis (rabinos) que contribuyeron al pensamiento cabalístico que llegó de España a diversas partes del mundo, aunque hasta el presente siglo todo ese desarrollo se mantuvo oculto y acallado. Una gran par te del trabajo fue realizado entre los siglos XVII y XIX.


El Zohar

En Francia, durante el Renacimiento, se registró que el Zohar, o Libro del Esplendor, era conocido ya a partir del siglo X El Zohar es el libro cabalístico más importante; fue escrito en hebreo y dado a conocer sólo en 1560, 5 cuando apareció simultáneamente en Mantua y Cremona. A partir de allí se imprimieron varias ediciones y muchos eruditos de Europa comenzaron a trabajar en su traducción.

La versión original está escrita en arameo y se le atribuye a Shimon Bar Yochai, en el siglo II, un sabio Tanaim de la época de la Mishná (ley oral judía), aunque hay quienes dicen que fue el filósofo y rabino Moisés de León, quien lo escribió hacia el 1286.

La obra se divide en varios tratados y analiza los textos de la Torah para extraer de ellos su significado oculto. El universo se reparte entre los imperios de la luz y de las tinieblas, cada uno de ellos compuesto por diez esferas.

El Zohar es la obra fundacional en la literatura del pensamiento místico judío conocido como Cábala (o Kabbalah). Es un grupo de libros que incluyen comentarios sobre los aspectos místicos de la Torá (los cinco libros de Moisés) e interpretaciones bíblicas y también material de teología, teosofía, cosmogonía, y psicología mística. El Zohar contiene una discusión sobre la naturaleza de Dios, del origen y la estructura del Universo, la naturaleza de las almas, la redención, la relación Ego-Oscuridad y de la unión del “verdadero yo” con la “Luz de Dios”, y la relación entre la «energía universal» y el hombre. Su interpretación de las Escrituras puede ser considerada como una forma esotérica de la literatura rabínica conocida como el Midrash, un método de estudio y análisis de las Sagradas Escrituras, que desarrolla la comprensión e interpretación de la sagrada Torá.

Seguramente, la mejor versión no hebrea del Zohar fue la traducción al latín, en los años 1678, de Knorr von Rosenroth, en un libro llamado Kabbalah Denudata. Contiene traducciones del Si fra-di-Tzeniuta (Libro de los Misterios Ocultos), el idra Rabha (La Asamblea Sagrada Mayor) y el Idra Zutra (La Asamblea Sagrada Menor), que son libros contenidos dentro del Zohar. Como el Talmud (escritos rabínicos y comentarios judaicos sobre la Torá, el Antiguo Testamento) y otros comentarios bíblicos, el Zohar es un comentario místico sobre la Torá (formada por los libros Génesis, Exodo, Levítico, Números y Deuteronomio). 

El Zohar fue usado como el texto básico para los teólogos no judíos durante los dos siglos — el XVIII y el XIX- en que hubo un marcado interés en la Cábala. Este interés podía deberse a la mayor disponibilidad de libros sobre el tema y, también, a que había un gran descontento con el estado religioso en Europa. La Kabbalah Den no fue traducida al inglés en 1877, y en 1888 se publicó la traducción realizada por S. L. MacGregor Mathers, quien combino la traducción latina con el original en hebreo y los textos caldeos para hacer una nueva versión, que fue reeditada en 1926 con una introducción realizada por la esposa de Mathers, quien también practicaba la Cábala. En 1887 Mathers y algunos amigos formaron un grupo llamado “La Aurora Dorada” (The Golden Dawn), que llegó a ser una de las mayores escuelas de ocultismo conocidas. Sus integrantes estudiaron y practicaron la Cábala, y algunos se abocaron a desarrollar los poderes mágicos. Durante el siglo XX hubo un resurgimiento de los estudios y los grupos esotéricos, que se mantienen activos en la actualidad. 

Todavía existen templos de la Aurora Dorada y de la Orden de Arum Solis -otro importante grupo ocultista - en todo el mundo. Algo del conocimiento de la Cábala se perdió en el pasado. Algo de ese conocimiento permanece oculto en manuscritos y otros esperan por ser descubiertos. Hay partes de la Cábala que fueron mantenidas en secreto por diversas razones, principalmente por que los cabalistas saben que existe una responsabilidad por el conocimiento y que éste debe ser transmitido con prudencia y sólo a quien esté preparado para recibirlo. Nos acercamos a un nuevo milenio, y entre otros cambios- asistimos a un proceso de despertar espiritual a escala planetaria, en el que ha renacido el interés por la Cábala como un camino posible hacia la evolución del ser humano. Si bien muchos cabalistas judíos ortodoxos se niegan a compartir el conocimiento con miembros de otra fe religiosa, la mayoría acepta el intercambio con entendidos de diversos campos de la cultura para encontrar la verdadera esencia de su religión. De ese modo, en los últimos quince años hubo una gran apertura entre los sabios y expertos en Cábala y todo indica que llegará, final- mente, el momento en que se muestren al mundo las maravillosas revelaciones que esta disciplina guarda para el hombre, la religión y la ciencia.


La Visión de la Cábala


Según la cosmovisión cabalística, el mundo está lleno de conexiones sutiles, de modo que todo es significativo para alguna otra cosa. Aun el texto más trivial o el objeto menos representativo esconden profundos secretos. Usando este principio, los cabalistas esperan entender el Universo en su totalidad y han desarrollado, como consecuencia, muchos temas filosóficos. Veamos qué dice la Cábala acerca de los problemas fundamentales del hombre. 

• Acerca de Dios: Dios creó el Universo permitiendo que parte de su esencia fluyera, transmutándose en el Universo material. Para muchos cabalistas, la meta es comprender este proceso, el Universo y el camino de retorno a Dios. La idea de Dios en el cabalismo es bastante compleja y no necesariamente de carácter religioso. Dios tiene muchos nombres con diferentes poderes que gobiernan sobre jerarquías de Ángeles que, al igual que El, son entidades abstractas. Muchos cabalistas aseguran que es imposible decir nada acerca de la naturaleza de Dios, excepto lo que Dios no es. 

• Acerca del Universo: El símbolo más importante en la Cábala actual es el Árbol de las Sefirot o Árbol de la Vida, un diagrama que consiste en diez esferas (Sefirot o Emanaciones) y 22 pasajes que las unen. Es una especie de huella del Universo, que muestra cómo la esencia de Dios fluye hacia abajo, hacia el mundo de la materia, a través de diferentes niveles. Cada sefirá representa un tipo de existencia. Malkuth, el Reino, representa el mundo material. La más alta, Keter, la Corona, es la fuente de la energía esencial no manifestada. Entre ambas existen sefirot que representan, por ejemplo, la Fuerza, la Forma, la Inteligencia y el Equilibrio. Cada sefirá se corresponde con un número, con un color, con diferentes nombres de Dios y con otros símbolos. Los 22 pasajes se corresponden con las 22 letras del alfabeto hebreo y los Arcanos Mayores del Tarot. 

• Acerca del Hombre: El Árbol no sólo representa a la Creación, también al Hombre. Cada sefirá se corresponde con una parte de la mente o del alma humana. Usando este conocimiento, un practicante de la Cábala puede usar su magia para transferir energía de una sefirá a otra, con el objeto de modificar algo de sí mismo o del mundo a su alrededor. Por ejemplo, quien desee aumentar su velocidad de razonamiento invocará a Hod (esplendor, claridad intelectual) usando el número 8, el color naranja, el planeta Mercurio, el aroma a canela y los nombres de los ángeles de Hod. Si desea obtener más fuerza, invocará a Geburah (fuerza mental) o a Malkuth (fuerza física). 

• Acerca de las Revelaciones: Otra parte importante de la Cábala es el estudio esotérico de los textos sagrados. Un texto contiene sutiles secretos que pueden ser revelados. La Gematría, uno de los métodos cabalísticos para hacerlo, consiste en calcular el número de una palabra asignando a cada letra un valor (por ejemplo, A = 1, B = 2, etc.) y luego sumándolos. El número resultante representa a la palabra. Si dos palabras tienen el mismo número, entonces hay una conexión poderosa entre ellas. Por ejemplo, en hebreo, AChD (se pronuncia “ajad” y significa “Unidad”) es igual a 13, y AHBH (se pronuncia “ahabá” y significa “Amor”) también es igual a 13. Y 13 + 13 es igual a 26, que equivale a YHVH, el nombre impronunciable de Dios. La Unidad y el Amor forman a Dios. ¿No es una revelación maravillosa? Otro modo de acceder a los secretos ocultos en un texto consiste en leer solamente la primera letra de cada palabra, o cada cincuenta palabras. Este método, llamado Notarikón, permite al mago crear acrónimos para las oraciones de un texto, o tratar de encontrar las oraciones escondidas en los acrónimos.≅ La Temura, otro de los métodos, permite mezclar las letras de acuerdo a ciertas reglas, por ejemplo que A se convierte en B, B en C, etc. La técnica de Aiq Bekr, finalmente, consiste en que las letras se dividen en nueve equivalentes-clases e intercambian significados dentro de estas clases. En el capítulo 13 estos métodos se explican extensamente y utilizando ejemplos. Por ahora, basta con descubrir que, más allá de lo que vemos, hay realidades a las que sólo se accede por medio de la meditación y el estudio, y que nos dan la clave para comprender el porqué de cada cosa. La magia y los métodos numéricos también pueden utilizarse para construir talismanes y palabras con poder, y para esconder secretos dentro de textos que, en apariencia, se refieren a temas que nada tienen que ver con la metafísica. 


Continúa en Introducción a la Kabbalah - Parte II


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