Introducción a la Kabbalah - Parte II
Origen y Breve Historia de la Kabbalah (II)
La Cábala en todo su esplendor
Moisés de León
La aparición del libro del Zohar, libro del Esplendor, marcó efectivamente el
punto culminante, más esplendoroso, de la cábala medieval española.
Antes de adentrarnos en la complicada historia de redacción del Zohar y en sus
misterios, me parece conveniente y necesario hacer un breve repaso del periodo que
precedió a su aparición. Es ni más ni menos que el periodo en el que una nueva forma
de expresar la religiosidad judía en sus más altos niveles, el misticismo, se abrió paso en
las comunidades judías medievales de la Europa occidental.
Provenza: la cuna de la cábala
En cuanto fenómeno histórico en el judaísmo medieval, la Cábala nace en
Provenza, o más exactamente en su parte occidental: el Languedoc.
Entre 1150 y 1220 el sur de Francia era presa de fuertes tensiones culturales y
religiosas. La Provenza y el Languedoc disfrutaban de una civilización cortesana y
feudal en el seno de la cual entraron en contacto la cultura islámica -proveniente de
España y del norte de Africa- y la cultura de la caballería de la Edad Media cristiana -
la poesía de los trovadores alcanzaba su cénit. Pero más importante que este contacto
cultural es la tensión religiosa que se dio en muchos lugares del Languedoc, donde la
religión dualista de los cátaros o albigenses, en la que se pueden apreciar ideas
gnósticas, adquirió un gran número de adeptos. El cristianismo católico, inmerso en
combatir esta herejía, perdió parte de su influencia tanto entre la clase dominante feudal
y caballeresca como entre las capas más bajas de la sociedad.
Mientras esto ocurría, el judaísmo de Provenza estaba en un periodo de
florecimiento cultural, gracias principalmente a la oleada de judíos procedentes de Al
Andalus que, como los Tibbon o los Quimhi, se encargaron de difundir, mediante la
traducción al hebreo, las obras clasicas de la filosofía griega que los pensadores
hispanoárabes habían vertido y comentado en lengua árabe. De este modo, el lenguaje
intelectual de la filosofía aristotélica y su terminología, así como las ideas platónicas y
neoplatónicas sobre el origen del mundo y la Divinidad, fueron ampliamente utilizadas
por los pensadores judíos.
En este ambiente de efervescencia religiosa y cultural, surgió la cábala.
La escuela de Isaac el Ciego
Un texto de comienzos del s. XIII, nos informa de la existencia de un grupo
social, en estas comunidades judías, que podía dedicarse a una vida contemplativa y en
el que surgirían personas con tendencias místicas.
Se coloca a unos sabios encargados de ocuparse sin descanso de la Torá, para hacer que la
comunidad cumpla con el deber del estudio de la Torá, para que el reino de los Cielos no
sufra ningún deterioro. Perušim (lit.: separados) es el nombre de los sabios que se dedican
exclusivamente al estudio de la Torá; en la lengua de la Misná se les llama perušim y en
la lengua de la Biblia nezirim (ascetas).... pues la separación de las cosas mundanas
conduce a la pureza.
Uno de los primeros miembros destacados de estos grupos de quien tenemos
noticia es R. Abraham ben David de Posquieres (RaBeD). (1125-1198), que fundó y
dirigió una escuela en Posquières, de donde salieron grandes eruditos, entre ellos, su
propio hijo Isaac el Ciego, (1160-1235) el principal representante de los círculos
cabalísticos de Provenza.
Isaac es un cabalista puro; no hay muchos detalles acerca de su vida y la mayor
parte de los datos que conocemos de él y de sus ideas proceden de sus discípulos. Según
una tradición cabalística del s. XIII «sus ojos nunca vieron nada durante su vida»,
quizás por eso se le denominaba eufemísticamente “sagui nahor” (rico en luz). Entre las
tradiciones relacionadas con sus poderes carismáticos, algunas recogen que podía sentir
en el aire si una persona iba a morir o a vivir, o si su alma era nueva o reencarnada.
También, que las iluminaciones que tenía las había recibido de Elías y de los ángeles,
que realizaba ascensos celestiales nocturnos y que, mediante la oración, había adquirido
poderes mágicos.
Es autor de un importante comentario al Sefer Yetsirá y de un número
indeterminado de obras, de las que se han conservado unos 70 frags. Parece que fue él
el primero en utilizar el vocablo «cábala» con el significado de tradición esotérica
transmitida «murmurando» y en secreto.
Toda su obra, transmitida por sus alumnos, trata del simbolismo cabalístico,
elaborado a partir de las teorías emanatistas del neoplatonismo que concebían a la
divinidad como una enorme fuente de luz que propaga círculos luminosos a su
alrededor, cuya intensidad lumínica disminuye a medida que los círculos se alejan de la
fuente de luz. A diferencia de los filósofos, los místicos usaron la terminología filosófica de forma simbólica, de modo que, con el término de "emanación" intentaron
describir a un sujeto que está más allá del lenguaje, más allá de la comprensión y de la
expresión humana; la palabra "emanación", en hebreo, atsilut, es la mayor aproximación
del lenguaje humano a la verdad divina, que está totalmente alejada del contexto
humano.
De todos modos, lo más novedoso que ofrece la cábala de Isaac es una mística
del lenguaje basada en conceptos y términos neoplatónicos, con los cuales parece que el
propio Isaac no está muy familiarizado.
Los términos “En Sof” y “Sefirot” se encuentran en sus obras para describir los
dos aspectos de la divinidad que en adelante se preocupará de explicar la cábala: el de
trascendencia absoluta, oculta e infinita y el del Dios personal, revelado, que se
relaciona con sus criaturas. En opinión de Scholem, no se encuentra en sus escritos una
teoría coherente en lo que se refiere a la función y estructura de las Sefirot, que le
interesan de modo especial como “estadios del ascenso contemplativo o de la elevación
escatológica del alma, después de la muerte, a esferas superiores”.
El Sefer ha-Bahir
Es el primer libro propiamente cabalístico, que fue conocido a finales del siglo
XII en el sur de Francia. Algunos estudiosos lo relacionan con la escuela de Isaac el
Ciego, pero Scholem la relaciona con grupos esotéricos orientales con tendencias
gnósticas.
Nada sabemos de su autor ni de su origen: está atribuido pseudoepigráficamente
a R. Nehunia b. ha-Qanah, un tannaíta de poca fama que alcanzó, no obstante, un lugar
prominente en la primitiva mística de Hekalot, al aparecer como maestro de R. Yismael
en Hek. Rabb. Sigue la forma literaria del midrás tradicional, es decir, comentario
homilético a determinados versículos bíblicos.
El Bahir es la primera obra que contiene el simbolismo cabalístico; es una obra
fragmentaria en la que se pueden descubrir influencias muy variadas: de la primitiva
mística judía de los Palacios, del Sefer Yetsirá y de escuelas gnósticas antiguas
orientales. El principal elemento gnóstico contenido en el Bahir es el concepto del árbol, que tiene 10 ramas, una sobre la otra, que constituyen el pleroma divino; estas
10 ramas, a las que denomina kohot “potencias” son las 10 emanaciones divinas que los
cabalistas denominaron Sefirot. Este concepto del arbol para representar el mundo de la
divinidad no aprece en ninguna de las fuentes hebreas anteriores; por eso se puede
afirmar que el Bahir es la primera obra cabalística en la historia del misticismo judío.
Junto a este simbolismo, el de una potencia femenina dentro de la Divinidad, la
Shejiná, o el de la creencia en la transmigración de las almas, nos hace pensar que el
Bahir se nutrió de una serie de ideas y conceptos transmitidos por la antigua mitología
gnóstica que pervivieron en el judaísmo de forma soterrada durante generaciones hasta
que salieron a la superficie en la cábala medieval.
La escuela de Gerona
Algunos discípulos de Isaac el Ciego llevaron sus enseñanzas a Gerona, donde
recibirían un sello particular, resultado de la fusión con otros elementos de procedencia
oriental. Otras comunidades españolas, Burgos y Toledo, sobre todo, también tuvieron
conocimiento de esta nueva ciencia esotérica por sus relaciones con Provenza, pero fue
en el grupo de Gerona donde se dio un impulso más grande a los conocimientos
cabalísticos.
Su influencia se debe no sólo a la personalidad de los miembros de este grupo
sino, de modo especial, a la gran actividad literaria que desplegaron. Esta es una
característica distintiva de este grupo: mientras en los círculos provenzales se velaba por
mantener esos conocimientos en secreto y evitaban la proliferación de escritos
cabalísticos en Gerona, renunciando a la pseudo epigrafía y al anonimato, se elabora la
doctrina de la Cábala y se expone de forma bastante explícita por los llamados
"maestros de la Cábala".
La figura central del grupo es NAHMÁNIDES, pero se conoce el nombre de
más de 12 cabalistas del grupo.
Gerona es, antes del Zohar, el centro de la Cábala contemplativa; el círculo de
cabalistas que vivían allí en estrecha unión espiritual, como prueban sus obras, puede
ser considerado como formando una verdadera escuela de cábala. A pesar de sus
diferencias puntuales sobre algunos aspectos, hay una actitud unánime en su concepción
del mundo e incluso en su actitud.
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